Un hombre corriente ante la Verdad: René Girard in memoriam

Por Ángel J. Barahona Plaza, 9 de noviembre de 2015

La importancia del pensamiento girardiano queda expresada en el poso que ha dejado en la crítica literaria (una nueva forma de ver la literatura), en la psicología (un concepto olvidado que adquiere una relevancia creciente: la mímesis), en la sociología (es una tesis genial y original sobre el conflicto humano y las masas), en la filosofía política (un nuevo modo de entender el mundo y las relaciones internacionales); en la neuro-biología (con la aportación de Rizzolatti  y Gallese de uno de los descubrimientos de la biología más importantes de los últimos tiempos: las neuronas espejo, que merecieron el Premio Príncipe de Asturias a la Investigación); en la filosofía (el lenguaje esconde modos de rivalidad, expiación, muy prosaicos que son puestos en evidencia en el marxismo –paradigma del pensamiento- y en el estructuralismo y postmodernismo, que velan lo que de expiatorio hay en ellos); en la teología (el concepto central del sacrificio y su nueva interpretación presenta una verdadera revolución en la fenomenología de las religiones y el diálogo interreligioso tan urgente en los tiempos que corren) y por último, en la premonición interdisciplinar de la aplicabilidad  de la mímesis y el mecanismo del chivo expiatorio al análisis de una sociedad de masas hiperviolenta.

Fruto de la influencia que ha ido adquiriendo a lo largo del tiempo gracias a su longeva vida fueron surgiendo adhesiones de pensadores de todos los continentes que se congregaron en torno una asociación denominada COV&R (International Colloquium on Violence and Religion) y a una revista, Contagion, que está teniendo una gran incidencia en el análisis de los temas que atañen a las ciencias humanas en general. Participan decenas de profesores de todas las universidades del mundo. La fundación IMITATIO se preocupa de extender el pensamiento girardiano por todo el mundo.

En el 2010 creé en España un equipo de investigación financiado por la Universidad Francisco de Vitoria –Xiphias Gladius, incluido recientemente en el equipo de partners de la asociación COV&R.

Desde un punto de vista más personal mi encuentro con Girard marco mi vida de alguna manera. Soy uno de esos afortunados que tuvo la suerte de conocerle y disfrutar de su genio y simpatía. Mi primer contacto con él fue a través de la lectura de Mentira romántica, verdad novelesca. Me causó tal impacto que ingenuamente me atreví a escribirle, pensando que nunca recibiría una contestación. Para mi sorpresa no pasó una semana y tenía una amabilísima carta dándome las gracias por mis comentarios. El segundo impacto fue con motivo de convertirle en motivo de mi tesis doctoral en filosofía por la Universidad Complutense de Madrid: en un par de semanas tenía sobre mi mesa artículos y libros, y un repertorio bibliográfico sobre su obra, que él mismo me envió y que desbordó mis expectativas. 

Obviamente esa fue la confirmación de mi buena elección. Mi primer encuentro personal con él fue en Graz, en un congreso de la fundación COV&R, a raíz del cual decidí dedicar mi vida expandir su obra en español, fruto de lo cual traduje alguna de las obras que caían fuera de la órbita de Grasset, la editorial que tenía los derechos sobre su corpus principal, y de Anagrama, su correlato en español. Ni que decir tiene que hoy es un día de luto para las ciencias humanas y un día de alegría para los que, gracias a Girard, apuntalamos una fe que adquiría gracias a su obra una dimensión racional y científica.

Su compromiso no fue el de un santo, ni el de un militante aguerrido, sino el de un hombre corriente y el de un intelectual que se encontró con la Verdad que es Cristo y que defiende la pertinencia actual de la fe comprometidamente en todos los ámbitos. Su posicionamiento en la ortodoxia de la Iglesia católica es inequívoco, su defensa de una moratoria mundial sobre el aborto, la creación de una asociación de renombre internacional (COV&R) para el estudio de la violencia, la religión y la política, y su lucha, en todos su libros e intervenciones públicas internacionales, contra el relativismo, son algunos de sus campos de acción relevantes.

Recibió infinidad de doctorados Honoris causa en universidades de todo el mundo: Ámsterdam, Innsbruck, Escocia, Londres, Montreal, Paris, Padua, Amberes, Tokio, y varias de EEUU. Desde 1979 fue Miembro de la ‘American Academy of Arts and Sciences’; en 1984 fue nombrado Caballero de la ‘Ordre National de la Legión d’Honneur’; en 1990 recibió el título de ‘Commandeur dans l’Ordre des Arts et des Lettres’. En el 1998 recibió el ‘Nonino literary Prize’ y en el 2005 fue nombrado Académico de la República Francesa, reconociéndole sus méritos en la antropología y en las ciencias humanas en general. En su discurso de toma de posesión acomete una apología de cristianismo valiente y clara, a propósito del padre Carré, cuya silla 37 se disponía a ocupar. Su mentor, Michel Serres le presenta como un confesor de la fe católica, desde el aval de las ciencias humanas, y como aquel que piensa va a ser unos de los intelectuales que más van a influir en siglo XXI. En el 2006 recibe el Dr. Leopold Lucas Prize of Eberhard Karls University en Tubinga.

En el 25 de Enero de 2013, el Rey de España, Don Juan Carlos I, le concedió la medalla de Isabel la Católica «por su destacada labor, durante las últimas décadas, en los campos de la filosofía y la antropología».

Ha muerto un hombre sencillo, pero autor de un pensamiento que va a hacer mucho ruido, porque es un maestro de la violencia que nos asola en estos tiempos y porque pone en valor la cientificidad del cristianismo.

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1 comentario en “Un hombre corriente ante la Verdad: René Girard in memoriam”

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