Saltó la liebre…
Aunque era algo que se veía venir, que estaba en el ambiente y que necesariamente deberá ser pensado de forma rigurosa. Me refiero a si podemos decir que hay religión detrás de las revueltas; me refiero a si el Islam tiene algo que ver con esta «ola revolucionaria», como cacarean los líderes destronados o seriamente amenazados. Lo cierto es que el elaborado texto de Robert Fisk sobre la cuestión no deja títere con cabeza y proclama que esta revolución es secular en el mundo… ¿islámico?
Será interesante ver cuál es el reparto de culpas final, el golaberaje ideológico y religioso, el resultado de la revuelta. Yo por si acaso busco algo de lucidez en la lectura de L’homme révolté de Camus. Alberto Signorini lo cita en su introducción a La pietra scartata (La piedra desechada), un libro que reúne algunos textos de Girard sobre antisemitismo. Y lo cierto es que algunas de sus intuiciones aciertan de pleno (la necesidad de un regicidio para que se produzca el cambio, el papel de la masa, etc.).
¿Cuál es aquí y ahora el chivo expiatorio? ¿Cuál es la lectura mítica que se nos impondrá? ¿Estamos ante la Revolución Francesa musulmana? ¿Lo peor está por venir? ¿O se trata del mero anticipo de lo mejor, de una mejora escatológica? Completar a Girard completando a Clausewitz tal vez sea hoy más urgente que nunca. Podríamos escribir un libro que se llamara Achever Girard.