Fármacos modernos: Kim Dotcom

Por David Atienza de Frutos

Las noticias internacionales de esta semana no han dejado de hacerse eco del cierre de Megaupload, y sobre todo de la caída de Kim Dotcom, su fundador. Las noticias han venido acompañadas de las fotos de la vida hiper-lujosa y extravagante del individuo en cuestión: yates, juergas, coches, mujeres, aviones, etc., etc…

Como ya hemos venido anunciando en este blog, corren tiempos difíciles para los poderosos, que en palabras de Girard siguen «la ruta antigua de los hombres perversos”. Urdangarin o Camps en la escena nacional o Kim Dotcom en la internacional han sido seleccionados para aplacar la angustia y la violencia provocada por la crisis, crisis económica que amenaza con una posible explosión violenta de las masas.  Por eso hoy más que nunca necesitamos sacrificar a los ‘Pharmakos’, engordados por todos durante los tiempos de bonanza para ser usados como sacrificio expiatorio que aplaque la ira contenida de los dioses, salvando las instituciones y a paz que la crisis amenaza.  El caso de Kim Dotcom (Kim Schmitz) es bastante ilustrativo de como funciona el mecanismo del chivo expiatorio que es usado “para expiar a través de ellos nuestros vicios, […] a través de la prensa, y de la cárcel”.

Pocos son los que no han participado en el crecimiento de su fortuna haciendo click en sus enlaces o pagando subscripciones a su Web para ver películas gratis. Le encumbramos entre todos: pagamos sus coches, casas, juergas y todo tipo de exceso pero le llegó el momento de cumplir con la misión que realmente le teníamos preparada. Ahora nos escandalizamos ante el lujo extravagante en el que vivía, publicamos las fotos de sus fiestas y exuberantes bienes y pedimos como la reina de Alicia: ¡Que le corten la cabeza! Y verán como acaba decapitado.

Ayer era un valiente paladín que defendía la libertad en la Web, hoy es un infame truhan que nos ha engañado a todos. ¡Qué escándalo! Su linchamiento público calmará a las masas, pero ¡cuidado poderosos! Esta calma no durará para siempre.

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